UN MARIACHI EN MOSCÚ

Todo comenzó a inicios del año 2017, fecha en la que recibiría la noticia más sensacional de mi vida; El mariachi “Canto a mi Tierra” de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, del cual formo parte, obtendría una invitación para viajar a Rusia y de esta manera representaría a mi país México en el festival “GOLDEN RING”, evento cultural de talla mundial. Un grupo representativo de cada país presentaría su cultura y tradiciones mediante la música y la danza, lo que significaba que a mis 19 años conocería personas de diferentes partes y atravesaría el mundo para hacer lo que más me gusta, ser mariachi. Mi nombre es Jesús Ricardo Herrera Garfio y me siento afortunado de ser mexicano, toco el violín desde hace 7 años y sin duda alguna esta experiencia marcó mi vida y enalteció mi amor por México. Fueron largos meses de ensayos y preparativos previos a emprender el viaje de mi vida, hasta que llegó el día de empacar; mi traje de charro, mi sombrero bordado por manos mexicanas y por supuesto una enorme bandera de México ocupaban la mayor parte de mi maleta. Once horas de vuelo me llevaron junto con mis compañeros hasta Ámsterdam para luego transbordar en el avión que nos llevaría a Moscú. En total éramos 30 viajeros, entre ellos una gran cantidad de amigos músicos y bailarines de folclor, el maestro Jaime, honorable director de mi mariachi, y directivos de la universidad. Un 2 de septiembre pisé el suelo del país más grande del mundo, mis amigos y yo tan solo contábamos con un día libre en la ciudad de Moscú previo a que el festival diera inicio y viajáramos a diferentes lugares dentro de este enorme y bello lugar. La Ciudad de Moscú, capital de Rusia, es una de las ciudades más vibrantes y sorprendentes que he conocido, por lo cual este momento significaría el más importante e inolvidable de mi vida; anhelaba conocer los edificios y monumentos llenos de la historia que cuenta el pasado comunista y zarista de este majestuoso país, deseaba conocer los museos, teatros y galerías de arte que hacen de esta Ciudad uno de los centros culturales más importantes del mundo, algunos de mis compañeros al igual que yo, queríamos conocer el tan famoso Kremlin ruso, otros más, el teatro Bolshói, incluso mi mejor amigo Héctor quería aprovechar esas horas para hacerse un tatuaje con el mejor tatuador de todo Moscú; sin embargo un día es insuficiente cuando te encuentras en otro continente, en un lugar desconocido dónde no se habla tu idioma y no tienes la habilidad de transportarte rápidamente; afortunadamente contábamos con nuestro director y líder, el maestro Chavira, que con ayuda de su mano derecha Blas, tomaban las decisiones que todo el grupo debíamos seguir, él no solo quería conocer Moscú, sino que quería que esta Ciudad se quedara con algo de nuestra cultura mexicana.. Este día que tuvimos libre en este hermoso lugar, se nos indicó alistar nuestros instrumentos, ya que visitaríamos la Catedral de San Basilio, el ícono de Moscú, lugar que se convertiría en el escenario más importante e imponente de mi vida como orgulloso mariachi; en él interpretaría junto con mis compañeros, la música que representa a México, los bailes folclóricos que enaltecen a nuestro país y cuentan la historia de nuestra cultura. Con ello transmitiríamos el sentimiento de una nación, la historia de una comunidad y las emociones de un mexicano. Al momento de llegar a ese lugar sentí una emoción indescriptible, ya que estaría representando a mi México ante la comunidad rusa. Mis compañeros danzantes, mariachis y yo interpretamos música como “El Son de la Negra” y “La culebra”, canciones que impresionaron a las personas que se encontraban cerca. Los presentes se quedaron a escuchar, a observar y disfrutar del espectáculo que preparamos para ellos, incluso hubo gente que se detuvo a bailar al compás del son que tocábamos, personas que con sus celulares grabaron y capturaron fotografías de lo que acontecía fuera de su gran Catedral, y niños entusiasmados al ver esta bella expresión cultural; sin duda este momento lo guardo ahora en mi corazón y lo atesoraré durante toda mi existencia. Deseo que todo aquel que planee enaltecer el nombre de México ante el mundo, sienta la felicidad y dicha que ahora siento de haber sido parte de esta gran experiencia, la cual logró sus objetivos: mostrar la hermosa cultura mexicana y llevar a este lugar tan lejano una probada de nuestro vivir, pero sobre todo manifestar el fuego y alma llena de orgullo al ser mexicano. La música viene del cielo, la canción viene del hombre, la alegría nace del suelo y Mariachi tiene por nombre. Juan Gabriel.